Acerca de este diccionario
y de su autor
Me llamo
Pablo Mugüerza
Me llamo
Pablo Mugüerza
Y, desde la más profunda humildad, pues el mugüMED no es nada sin ellas, descubrí que muchas de mis discrepancias con las citadas obras magnas de referencia se deben a que estas carecen del necesario contacto con la realidad del trato entre los clientes y la traductora médica profesional, o al menos así era en 2024.
Antes de ponerme a trabajar seriamente en el diccionario, hace ya muchos meses, pensaba, como quizá sea el caso de alguna usuaria, que un diccionario como este debe ser imparcial ante aspectos ajenos a la terminología y la lexicografía, como las cuestiones políticas, sociales, éticas, morales y religiosas, entre otras, si es que llegan a mencionarse o siquiera sugerirse, toda vez que es imposible abstraerse por completo de ellas.
Pero el concienzudo estudio de las dos obras de referencia (el LRC y el DPTM) me dejó bien claro que no es así: de forma aparentemente inconsciente, las intervenciones de los respectivos autores están plagadas de puntos de vista personales y preferencias quizá caprichosas que, en su mayor parte, son distintos a los míos.
Por eso me parece imprescindible recordar aquí que yo huyo del heteropatriarcado, del paternalismo, del machismo, de la LGTBIAQ+-fobia, del racismo, de la intolerancia, de la ultraderecha, de las religiones y de las sectas. Si, como es inevitable, he vertido alguna opinión personal en mi mugümED sin quererlo, ofrezco mis más humildes disculpas pues, si ha ocurrido, ha sido con la única intención de contextualizar un término o de hacerlo más comprensible.
es todo lo contrario:
El del traductor que está a pie de obra y conoce la realidad y las necesidades del negocio de la traducción médica en 2024 (y lo seguirá haciendo en el futuro).
El del internauta curioso que navega todos los días por las páginas y las redes sociales más importantes y que recibe multitud de boletines de las empresas, las instituciones y las asociaciones de traductoras e intérpretes más importantes del mundo. Esas son las dos fuentes de las que se nutre este diccionario.
El de moderador de un muro de Facebook dedicado exclusivamente a la traducción médica, que atiende a casi 11.000 seguidores. con publicaciones, comentarios y todo tipo de colaboraciones.
[1] Por razones de economía de espacio, exclusivamente, todos los adjetivos aparecen en masculino. Espero que se me disculpe esa salvedad.
como su autor:
Apenas hay mayúsculas iniciales (tan agresivas), ni comillas, ni otros adornos ortotipográficos que arrastramos casi desde Nebrija y que fueron indispensables durante siglos, pero de los que, en mi opinión, podemos y debemos prescindir. Por ejemplo, en 2024, en Instagram y en WhatsApp, los jóvenes consideran el punto final como una muestra de enfado. No verás puntos finales en mi mugüMED.
¡no estoy enfadado con nadie!
dos acotaciones:
Por sí solo, el mugüMED, no tiene demasiado valor; adquiere todo su potencial cuando se utiliza como complemento de las obras de referencia mencionadas, y no precisa de ninguna otra.
Conviene consultarnos siempre a todos, y tomar una decisión que dependerá no solo de los conocimientos de la traductora, sino del documento concreto, del cliente, de sus instrucciones y su glosario (en su caso) y de muchas otras circunstancias, a veces impredecibles; al fin y al cabo, tomar traducciones con conocimiento de causa es una de las principales misiones de nuestro trabajo.
El mugüMED no necesita instrucciones de uso.
No hay colores, flechitas ni referencias que remiten a otras referencias ni otros elementos de distracción, porque este diccionario es nacido digital. Los de referencia, como es sabido, no dejan de ser libros en papel que ya existían antes de, pongamos, 2012, y que fueron colgados en las redes con mayor o menor fortuna.
No existe una versión en papel de mi mugüMED. Con este diccionario intento resolver las dudas de un vistazo, y por eso lo recomiendo especialmente para las intérpretes, cuando sus condiciones de trabajo les permitan tener una fuente de consulta a mano.